sábado, 18 de octubre de 2008

Muy apropiado para estos tiempos que corren...

Una tarde un famoso banquero iba en su limosina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo césped. Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar. Le preguntó a uno de ellos
- ¿Por qué están comiéndose el césped?

No tenemos dinero para comida. - dijo el pobre hombre - Por eso tenemos que comer césped.

- Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré - dijo el banquero.

- Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
- Que vengan también, - dijo nuevamente el banquero.

Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:

- Ud. también puede venir.

El hombre, con una voz lastimosa dijo:

- Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!

- Pues que vengan también. - respondió el banquero.

Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:

- Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos!!!
El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo!.
Les va a encantar mi casa.....
-¡El césped está como de veinte centímetros de alto!.

Moraleja: Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces.

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